Aguas Santiago Poniente

La SISS presentó su Plan Estratégico para la Reducción del Riesgo de Desastres

Cinco ejes estratégicos de trabajo considera la hoja de ruta que la Superintendencia de Servicios Sanitarios trazó para el período 2020-2030.

A pesar de que Chile es un país de catástrofes como terremotos, sequías, nevadas extremas, aluviones, tsunamis y megaincendios, la gestión de riesgos de desastres todavía no es percibida como un eje central de las instituciones públicas y privadas.

Según el superintendente de Servicios Sanitarios, Jorge Chaparro, da la impresión que sufrir constantes calamidades y levantarse de ellas, una y otra vez, nos hubiera dejado en un estado de costumbre ante la cual no cabía más camino que soportar lo que viniera. “Hacía falta aprender de las catástrofes y generar caminos para prevenirlas o enfrentarlas de mejor manera, con un mayor control de daños y con menor costo para las personas, en caso que se produjeran”, dijo.

En los últimos años, la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) ha tomado las riendas de este tema. Por eso, hoy cuenta con una Unidad de Gestión de Riesgo de Desastres, moderna y con una buena red de apoyo y retroalimentación. Hoy, la SISS está enfocada en el Plan Estratégico Nacional Reducción del Riesgo de Desastres Sector Sanitario 2020-2030, la hoja de ruta que servirá de guía para los desafíos en esta materia.

“Estoy convencido que esta es la mejor manera de enfrentar lo que nos ocurre como país y evitar el
sufrimiento innecesario de miles de compatriotas. Y si bien las empresas sanitarias han tomado conciencia, seguimos trabajando en conjunto para que estén comprometidos con nuestros lineamientos”, afirmó el superintendente.

Los cinco ejes que contempla dicho plan son los siguientes:

1.- Comprender el riesgo de desastres en el sector sanitario.

2.- Fortalecer la gobernanza de la gestión del riesgo de desastres en el sector sanitario.

3.- Planificar la reducción de riesgo de desastres en el sector sanitario.

4.- Proporcionar una respuesta eficiente y eficaz frente a eventos que afecten al sector sanitario.

5.- Fomentar una recuperación sostenible en el sector sanitario.

Fuente: Superintendencia de Servicios Sanitarios.

SISS mira experiencias internacionales para abordar aguas no facturadas

Para conocer la labor del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (SEDAPAL) en relación a la gestión de Aguas No Facturadas (ANF), profesionales de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) viajaron a Lima. Allí compartieron experiencias sobre la problemática.

Los profesionales SISS Christian Lillo, jefe del Área de Estudios y Normas, y Mauricio Toro, fiscalizador de la Unidad Técnica, asistieron al curso ‘Gestión de Agua No Facturada para América Latina’, organizado por el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (SEDAPAL), en colaboración con la Agencia de Cooperación Japonesa (JICA) en la capital de Perú.

Las Aguas No Facturadas (ANF) corresponden a las pérdidas físicas del recurso en la red, por factores como roturas o filtraciones, pero también incluye otros ítems: errores en las mediciones, conexiones clandestinas, fraudes y también usos no facturados. En esta última categoría entran el lavado de redes, la extinción de incendios, entre otros servicios.

Para la SISS es fundamental abordar esta problemática hídrica, razón por la cual fue integrada en su Planificación Estratégica, además de ser actualmente materia de estudios profesionales para tener indicadores más precisos por parte de las sanitarias y encontrar soluciones en el mediano y largo plazo. En esa línea es que Christian Lillo menciona que en Chile se mantienen los niveles de ANF por sobre el 30% desde hace más de 10 años; lejos del 25% esperado para el sector.

“Además de identificar la estrategia utilizada por SEDAPAL para lograr pasar de un 45% a un 25% de ANF en un periodo de 20 años, el objetivo principal que tuvimos y pudimos cumplir fue el obtener herramientas para avanzar con futuros estudios e instrucciones al sector sanitario, potenciando lo referido a las pérdidas físicas y aparentes, a su detección, al plan de renovación y cómo afecta el indicador, el control de presiones, la sensorización de la red para su monitoreo y control, entre otros factores”, explicó el jefe del Área de Estudios y Normas, Christian Lillo.

Si bien la metodología utilizada para el cálculo de las ANF en todos los países es similar, el estándar de servicio es muy disímil entre los países. “Eso realmente lo hace incomparable, más bien es un indicador interno que nos debe empujar a la mejora continua”, afirmó el fiscalizador de la Unidad Técnica, Mauricio Toro.