En Aguas Santiago Poniente estamos preparados para enfrentar el invierno
Como cada año -previo a la llegada de las lluvias- estuvimos reforzando las capacitaciones a nuestros operadores, quienes monitorean constantemente las redes para reaccionar frente a cualquier alerta.
El agua potable, las aguas servidas y las aguas lluvias se conducen por tuberías independientes. Sin embargo, las precipitaciones aumentan o los sumideros de aguas lluvias se obstruyen, pueden producirse situaciones de emergencia.
Por eso, en abril, estuvimos repasando los conocimientos y tareas que ejecutan nuestros operadores para controlar el flujo hídrico que tiende a aumentar con las aguas lluvias. “La idea es que todos estemos capacitados para evitar los afloramientos”, explicó Diego Tamayo, supervisor de Sistemas de Control, Respaldo y Automatización de nuestra sanitaria.
En este contexto, nuestro especialista recordó que, gracias a la telemetría y los sistemas de alerta que reciben en sus dispositivos, cada operador está preparado para tomar decisiones tales como abrir o cerrar válvulas. “El operador es un vigía, que tiene que estar evaluando constantemente cada colector en nuestras plantas y estar atento en caso de recibir alguna alerta de inundación”, añadió Diego Tamayo.
Además, cuando se avecinan frentes de mal tiempo, en Aguas Santiago Poniente, se refuerza el personal de turno asignado tanto de día como de noche para que -de esta manera- podamos responder a una emergencia con la mayor rapidez posible.
Sin embargo, prevenir es tarea de todos. Por eso, es importante recordar que abrir las tapas del alcantarillado para evacuar aguas lluvias puede ocasionar serios problemas, sobre todo, porque la red está vinculada a las viviendas para recibir las aguas residuales.
Cada hogar aporta -en promedio- 640 L/día de aguas servidas al alcantarillado que no está diseñado para recibir la sobrecarga que pueden generar las aguas lluvias.